Wednesday, June 11, 2025

MORANTE: DE MADRID AL CIELO

 

AL HILO DE LAS TABLAS

 MORANTE: DE MADRID AL CIELO

Toreros hay muchos, pero toreros que toreen hay muchos menos. Realmente hay poquísimos, y la relación de los que torean de verdad cabria en el revés de la entrada al festejo. Un buen aficionado, sabe que nombres deberían figurar en esa relación, y sí la leyera el publico en general se llevaría una sorpresa. Por ejemplo, allí estaría un tal José Antonio Morante (de la Puebla), que torea como solían hacerlo diestros de todas las épocas de la tauromaquia, y de la que debemos exceptuar a buena parte del escalafón presente. Es decir que Morante observa los toros y se apresta a torearlos de verdad, desde el primer lance. Lejos de seguir la moda de sobar y resobar y tullirlos a derechazos. Morante tras leve preludió, ya estaba adelantando la muletilla, embarcando hondo, bien cargada la suerte, encajado en tandas por ambos pitones, que ligo con alegría y la entrega propios de los toreros que torean de verdad.

El de la Puebla, construyo faenas en Madrid, plenas de repertorio, toreando con ajuste en la que hubo redondos de relajada planta, trincherillas, improvisados molinetes, pases de pecho forzados rematando las suertes, en fin, faenas torerísimas, de esas que hacia tiempo no se veían en la catedral del toreo.

Cierto las estocadas no fueron perfectas, la ejecución si, entro a matar en corto y por derecho, y el acero se desvió, pero fue tal la torería desplegada, desde que se abrió de capote, con verónicas primorosas y medias que levantaron clamores donde el arte y la gracia quedaba patente sin sospechar lo que vendría después. Pase a pase, lentamente, majestuosamente fue desgranando faenas como de las más grandes, que hayan podido verse en la plaza de Madrid, donde la naturalidad y la variedad, así como la medida, se notaba que Morante, había conectado directamente con la gloria y los viejos maestros le insuflaban desde su inmortalidad el arte, y hasta la técnica, y dictaban apostura, aplomo, terrenos, suertes y remates. Redondeó un todo antológico. Toro y torero fundidos en una sola imagen, inexplicables el uno sin el otro, complementados en esa paradoja constante de arte y muerte que es la lidia. Y así como variaban los estados del toro, sus pies, el ritmo de su embestida, así variaba Morante las suertes. Y de esa forma surgía el derechazo y el natural hondo, con el toro materialmente liado a su cintura; y el de pecho, apenas insinuado, pero que llevaba la tela al hombro contrario obligaba que animal pasara a centímetros del pecho de pitón a rabo, adobados con trincherazos y recortes. El publico exigente de las Ventas seguía aquel prodigio con olés estruendosos y con silencios profundos. Era el silencio del asombro porque apenas, sobre todo aquel primer toro de su primera tarde. Era la magnitud de cuanto sucedía en el ruedo. Días después llego de nuevo a Madrid, con la idea preconcebida de salir por esa puerta grande, que era el debe de su carrera. El torero en la soledad de su obra, se había crecido en su inspiración. El gentío en pie, el estruendo de los aplausos, sombreros, flamear de pañuelos, la plaza como en los viejos tiempos, se tiro a la plaza, para llevar en hombros entre gritos de “¡torero, torero, torero!”, fue el delirio, porque Morante había consumado la faena de su vida sin saberlo, seguramente sin pretenderlo, porque el toreo, como todo arte, alcanza el grado de lo sublime cuando el genio desborda los limites de la voluntad, faenas magistrales, más en conjunto que en detalles, sin paragón posible con ninguna otra, sino es con las mejores, entre las mejores, que este viejo aficionado y comentarista, ha visto en esa plaza de las Ventas, donde incluso, con todos los calificativos que se quieran, es absolutamente necesario, que los toreros, para ser y sentirse grandes, han de pasar y triunfar en la misma. Será difícil, si es que llega, a que de nuevo un torero alcance tal estado de comunión entre toro, torero y afición…


 

¿Quién, Morante, te hizo el don de la elegancia que tú luces el taurino albero, por la gracia de Dios hecho torero, de inigualable prestancia?

¿Quién le dio a tu capote la fragancia hecha flor y silencio, luz y acero, que en olas de percal al bruto fiero encadena con pausa sin distancia?

¿Y quién, a tu muleta dio el embrujo señorial y pagano, extraño rito, que en la espada concluye y se levanta?

Así naciste, en ola sin reflujo que avanza siempre, convirtiendo en mito, tu nombre pregonado en mi garganta.

 

 

              Fermín González salamancartvaldia.es                blog taurinerías

Wednesday, June 04, 2025

UN "FARINATO" EN LAS VENTAS

 

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UN “FARINATO” EN LAS VENTAS

Primeras figuras de la novilleria han existido siempre: Novilleros, con ese aire de airada revolución y garra, alentados por el fuego admirable de todas las jóvenes guardias, hay en mi cansada memoria, unas cuantas.

¡Había levantado una expectación enorme, Marco Pérez en el Madrid más taurino, su plaza las Ventas se había llenado para ver unos, para descubrir otros, si el joven y menudo torero, que llegaba con historial impresionante y la hoja de servicios cargada de triunfos, allá por donde hizo el paseíllo, plazas y ferias, incluso, ¡con cierto fuste! Si el anunciarse con seis novillos en las Ventas- responsabilidad libremente contraída- seria el aldabonazo definitivo antes de su próxima alternativa en suelo francés. Y lo cierto es que, puso todo lo que hay que poner, es decir ilusión, ganas, entrega, valor y decisión. Tuvo novillos, para evaluar su actuación, mansos, descastados, huidizos y cobardones, y también alguno bravo, o sea un mosaico para poner en práctica todo el repertorio, -también el de matar en corto y por derecho los novillos-, y eso no ocurrió, aunque puede salir contento del reto, hay que señalar que esta plaza no es cualquiera, basta llegar precedido de la aureola de novillero de postín, para que esta afición mida, observe y analice cada paso y cada pase, esta es el “fielato”, la cita con seis astados pone en alerta a esta afición – no es la primera-, y eso entraña un dificultad mayor.

En esta plaza, - ahora menos- se pasaba la “revalida” de lo acontecido en provincias y pueblos de la Iberia taurina, la exigencia, incluso la intransigencia siempre fue un fenómeno, que había que tener muy en cuenta y calcular bien para enfrentar este pasaje, que sin embargo es totalmente necesario para consolidarse en figura y poder optar a maestro en tauromaquia, cuando eres capaz de vencer en este coso las dificultades que entraña, la historia de lo bueno y lo malo sería interminable.

 Novilleros que, han logrado su sueño de actuar en Madrid, tras el duro calvario de los pueblos. Cuando se actúa en las Ventas, la ilusión se hace carne, saben bien los toreros y sus mentores, que se esta en un ruedo distinto y amplio, con tendidos ocupados por gentes importantes, frente a novillos cuajados y exigentes, pero presumiblemente con otras calidades, de los que hubo de despachar, sobre todo en las cercanías del ruedo venteño. [Recuerdo ahora; a aquel novillero], que se veía anunciado en los carteles –Nuevo en esta plaza rezaba -. Que por la mañana le decía a su mozo de espadas “¡Como esta tarde me embista un toro)” …

 Y, ha llegado la tarde, y un toro le ha embestido. Entonces el novillero se ha llenado de gozo, ha puesto en la pelea todo aquel entusiasmo y toda aquella emoción que le ha mantenido de pie en años de prueba, con la confianza y el valor de los años juveniles y la fe en si mismo, se ha salido lleno de jubilo hasta el tercio y ha desafiado al novillo con la actitud y con la voz.

   ¡Toro...Je!¡Toro...Je...!

          Y, ha hecho todo lo que sabia: La verónica cargando la suerte y alargando el lance, la media fajándose al novillo, las chicuelinas, aquellas que tanto le aplaudieron en la feria pueblerina. Con la muleta se ha quedado quieto, y ha ligado los muletazos en derechazos y al natural, el novillo le ha dado una voltereta trágica, se ha levantado rabioso y sin mirarse grita. ¡Fuera fuera!, y ha matado la res volcándose sobre el morrillo. Ahora se lo llevan a hombros, y, el piensa en los caminos llenos de sol que ha recorrido, para llegar a esta sombra grata del éxito en Madrid. Y ante el contraste, da por buenas aquellas amarguras, que hacen más dulce el momento presente. ¡Si… Es la ilusión de todos. ¡Y… la realidad de alguno! -

                              Fermin González salamancartvaldia.es      blog taurinerías

Saturday, May 03, 2025

¡TODO POR MI MADRE!

 

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¡TODO POR MI MADRE!

¡Pedir!

Había pedido tanto ya, que todas las puertas las encontraría cerradas.

¡Trabajar!

-Era domingo y tendría que buscarlo, y mientras tanto su madre se moriría-. Así pensando breves instantes y llorando mucho, cada vez que oía la respiración lenta y fatigosa de aquella anciana, en la que estaba retratado el sello del dolor y a la que por momentos se le acababa la existencia, pasó media hora; su cólera se aplacó y en su rostro renació la esperanza.

¡Era domingo y día de corrida!... Toreaba un íntimo amigo suyo. Todos los toreros tienen buen corazón. Pues ¿cómo si le contara su desgracia no se había de apiadar de él y concederle lo que deseaba? El no pedía nada; lo quería conseguir con su trabajo; es decir, lo que ansiaba era que aquel día en vez de torear su amigo torease él, y le diese como remuneración una parte del dinero con que lo habían contratado.

Angelito era torero. Hacía tres años que todos los veranos se iba de pueblo en pueblo pasando fatigas y hambre, quedándose muchas veces enfermo en el hospital de alguno de ellos para después traerle a su madre un puñado de dinero, y con eso y con lo que ganaba en su oficio, porque lo tenía, pasar el invierno con desahogo. Pero aquella temporada no pudo hacer lo que acostumbraba, pues su madre enfermó, el mal se arraigó bastante, tuvo que abandonar el trabajo para cuidarla y poco a poco fueron consumiendo los fondos que tenían; cuando éstos se concluyeron empeñaron ropas, vendieron muebles, y con el producto pasaron unos días; después pidió a los amigos y más tarde buscaba el último favor, puesto que si moría aquella anciana él buscaría trabajo para sí, y en el caso contrario, con el dinero que le diesen pasarían algunos días y luego él también trabajaría.

 Se acercó a su madre hasta tocar su boca con la de ella, y la dijo: «Vuelvo enseguida, voy por la medicina.» Y volvió, no sólo con ella, sino con un precioso traje de luces. Su amigo se había

compadecido de él. Le dejaba torear, le dio para la receta y le ofreció la mitad del dinero que ganaba.  Tan solo una condición: Únicamente. ¡¡Si le rompían el traje no percibiría un céntimo! Tomó la anciana el medicamento, y un rato después sus ojos se abrían, su respiración se iba poco a poco sosegando, sus labios pronunciaron el nombre de Angelito, le llamó y le dio un beso. Este, loco de alegría, empezó a vestirse sin que lo viera su madre, se despidió de ella, montó en un coche que se había parado a su puerta y se encaminó a la plaza.

¡Y qué satisfacción y alegría sintió; cuando al hacer el paseo oía las aclamaciones entusiastas de que eran objeto las cuadrillas! Se figuraba que todas eran para él. Empezó la corrida y Angelito no conquistó ovaciones, pero llenó su puesto. Llegó la hora de banderillear, tomó los palos y citó al toro; pero al clavarlos se acordó de su madre, no tomo bien la salida, le enganchó y volteó el toro; se puso en pie, se aplicó un pañuelo a la herida que tenía en el pecho, y cuando llegó a la enfermería únicamente pudo decir a su amigo que ya le estaba esperando:


—>No ha tocao al traje, llévale el dinero a mi madre->

 Fermín González salamancartvaldia.es                    blog taurinerías

              Fermín González salamancartvaldia.es           blog taurinerias

Tuesday, April 01, 2025

TIERRA BRAVA

 

 

TIERRA BRAVA

Posiblemente fue el Papa Pio V el primer antitaurino, pues dicto una bula fechada en Roma (1-11-1567) (Pontificatus nostri- año II) prohibiendo espectáculos donde se corren toros y fieras en plazas. ¿De dónde le vino al Papa su inquietud antitaurina? Parece ser que fue en las largas sobremesas y acaloradas reuniones en aquel Concilio de Trento inacabable que duro de (1545-1563). Hoy, 462 años después, y sin que el Vaticano se pronuncie por las corridas de toros, otras “cruzadas”, se encargan, de ir en contra esta Fiesta cargada de simbolismo, de historia y de tradición- eso sí- sin tener la más mínima idea de lo que gritan, ni de lo que supone la crianza del toro bravo... Y tendremos que seguir diciéndoselo, con firmeza y respetuosamente –claro-.

La raza de lidia se explota en un sistema extensivo puro, en permanente contacto con la naturaleza, que incide en el mantenimiento de sus rasgos productivos principales, que son la bravura y la producción de una carne ecológica y de excelente calidad. Sus ciclos anuales de crianza y manejo del ganado de lidia son: La cubrición generalmente los ganaderos planifican la fecha del nacimiento de los becerros, haciéndola coincidir con épocas del año en que las condiciones ambientales no son muy adversas y en las cuales existe abundancia de recursos naturales para garantizar la buena producción de la leche de la madre y la viabilidad del becerro. El nacimiento: El año ganadero transcurre desde el 1 de Julio de un año hasta el 30 de junio del año siguiente. El año natural va desde el 1 de Enero al 31 de Diciembre. Las parideras (desde que nace el primer becerro de una camada hasta que nace el ultimo) se ajustan más a los años ganaderos que a los naturales. La lactancia: El becerro recién nacido mama el calostro y duerme el “sueño calostral”. La madre tiene un extraordinario instinto maternal y defiende a su cría. El becerro aprende de la madre, se comunica con ella a través del berrido y copia todas sus reacciones ante los diversos estímulos que se producen en su hábitat. El ahijado, el herradero, la recría, la tienta, el apartado y embarque. Completan la vida del toro en la dehesa. Todo bajo el mimo, la atenta vigilancia de ganadero,  más los saneamientos veterinarios y la rica alimentación que corresponda a su desarrollo.

Estos patrones generales de selección tienen interpretaciones personales, por parte de cada ganadero, lo cual contribuye a mantener la variedad característica de la raza y convierte al toro de lidia en un animal diferente de cualquier otra raza explotada por el hombre, contribuyendo la principal aportación española a la Bovinotecnia mundial.

La Tauromaquia, es un activo cultural y tradicional de millones de personas en Europa y América, es segundo espectáculo de masas en España y la actividad taurina genera un volumen económico que sobrepasa los 2500 millones de euros. La Tauromaquia permite la existencia en nuestro País de 1200 empresas ganaderas que mantienen 540.000 hectáreas de dehesas y 130.000 reproductoras de raza autóctona bovina, única en el mundo. Si desaparece el toro, desaparecerá ese extraordinario patrimonio ecológico y medioambiental.

La Fiesta del toro, repercute en múltiples sectores económicos, en especial en la hostelería, el transporte, la restauración, el turismo Y la CEOE se ha integrado como miembro de la Asociación Nacional  de Espectáculos Taurinos, y como no, la mano de obra, de la que depende, todo el entramado y estructura necesaria para su desarrollo.

Genera además una gran actividad cultural- en medios de comunicación social, exposiciones, reuniones, congresos seminarios, jornadas turísticas, investigaciones y publicaciones escritas, tanto en prensa, libros medios de internet etcétera. Así como un motivo de inspiración que abarca desde el dibujo, la fotografía, la pintura la escultura, incluso en la moda, su vida, su colorido y su armonía, ha sido puesto de manifiesto en todas la galerías y pasarelas del mundo.

Y finalmente ha aportado una gran riqueza lingüística al acervo cultural de la lengua española, con múltiples de vocablos que se han incorporado al habla cotidiana en todos los sectores  y empleado en las mejores tribunas sociales- políticas – económicas, comprendidas sus “sentencias” en todos los foros de variadas culturas.

Amigos: La Tauromaquia, no es solo que el toro muera en la plaza en presencia pública, el toro entrega su vida luchando para muchas más cosas, de las que se benefician los humanos. Al igual que sucede con otras muchas cosas, en las que se ve menos la sangre. Pero sin duda más cruel y con menos beneficios. No espero que les gusten los toros a todo el mundo. Pero han de hacer un esfuerzo por comprender que, a esta Fiesta la avalan siglos de existencia, que mantiene vigentes sus raíces, que siempre perteneció al pueblo, que se mostró correcto y democrático en las plazas, sin los tumultos, las algarabías, las peleas incluso los grandes escándalos que alguna vez terminaron en sucesos luctuosos realmente lamentables, en otras disciplinas deportivas. Dejen vivir y morir al toro, no invadan su terreno, no quiebren su voluntad, ni desbarranquen a quienes libremente quieren disfrutarlo desde el campo a la plaza. ¡Vamos digo yo… señores!


 

                            Fermín González salamancartvaldia.es                  (blog taurinerías)

Sunday, March 16, 2025

TENGO MIEDO

 

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TENGO MIEDO

            -Siempre que, se les ha preguntado a los toreros, si tienen miedo a la hora de enfrentarse al toro, es muy raro encontrar alguno a traves de la historia que tajantemente haya negado tal temor-. Esta incognita, no es tan solo patrimonio de los que se visten de luces, pues al igual que en otras profesiones, sobre todo en aquellas, en que haya que enfrentarse al publico, el miedo y el temor están latentes en nuestra vida. Pero sin salir de los limites de la tauromaquia, diremos que:

Unos sienten miedo sobre todo a la incógnita del toro, otros al fracaso, también al publico y hasta de si mismos, el miedo a tener miedo.

A cuantos toreros no habremos visto que han expresado tal miedo, que no ha sido posible ocultarlo, que se han sentido dominados, agarrotados, impotentes de superar y domeñar esa angustia, de sentir una sensación que pudiera parecer irracional y al mismo tiempo tan humana.

Al aficionado le resulta casi un insulto, cuando adivina como un torero cambia de semblante, anda inquieto, desencajado, huye y corre y hasta lo ve temblar. Y sin embargo, es el sentido más agudizado y humano que el torero ha de vencer y, esto en muchas ocasiones escapa al gran público, que no razona sobre el enorme esfuerzo que supone para el hombre vencer la sinrazón y al mismo tiempo darle satisfacción a miles de cabezas y ojos que escrutan si has podido superar el miedo.

Ha sido cosa de todos los tiempos que el aficionado, intentase enterarse sobre el momento que resulta más penoso para los lidiadores. Cada torero ha dado su opinión respecto a ese asunto. Lo que falta saber si efectivamente han sido sinceros.

Algunos han dicho, que las mañanas antes de la corrida; otros el momento del paseíllo, otros, los más, que la salida del toro que les corresponde, sobre todo si es el que abré plaza. Como pueden ustedes ver, un sinfín de respuestas que solapan un tanto los temores y los miedos de los toreros, que como hombres responden a una forma muy reflexiva y humana. Que tengan miedo, aunque no puedan, ni deban expresarlo en la plaza.

 “ Le preguntaron a Cuchares sobre el miedo y respondió. (Pues veréis Uds., en el momento que suenan los clarines, la mayoría de los toreros no saben donde se han atado la faja”).

La superstición es hija de la flaqueza humana, una especie de enfermedad del espíritu. Es tan antigua como el hombre, o quizás tanto como el lenguaje mismo.

Hay personas, que dicen para nada ser supersticiosas, a pesar de creencias arraigadas que difícilmente se sustraen al influjo de estos vestigios. Pero lo cierto es que, todos dudamos un momento, incluso, nos espantamos ante lo desconocido, o bien nos ponemos a la defensiva cuando surgen los momentos angustiosos.

Los toreros como personas, y que además han de luchar y presentarse al juego de lo desconocido, no son ajenas a esta cultura de las flaquezas humanas, al rito litúrgico se le une la preocupación de tener que defender su nombre y su prestigio. Asusta pensar, que un hombre pueda sufrir tan perniciosas influencias, sobre todo si se tiene en cuenta el numero extraordinario de “Gafes” que de forma casual o deliberada, se pueden reunir cualquier tarde en un coso taurino. Así refleja la historia, y puede comprenderse que algunos coletudos a pesar de sus agallas, temblaran ante la posibilidad de un gafe, porque no es chico enemigo ese que, con su fluido maléfico pueda encenizar de golpe la vida y la hacienda de un torero entre los cuernos de un toro. Recurrir a una extraña colección de amuletos, talismanes y estampas con objeto de expulsar malos espíritus, así como otras precauciones en materia de los objetos que circulan alrededor de los matadores, son interpretaciones que para algunos decide la suerte de la tarde

Atribuíamos al gitano particularmente en cosas de toros la preocupación supersticiosa. Su raza prodiga en hechicerías, adivinaciones y artes mágicas, se nos ha presentado siempre como el depositario más firme de las supersticiones, nacidas sobre todo ante el enigma de la muerte y el espantable aparato de las fuerzas naturales desatadas. Sin embargo podemos comprobar que por el hecho de ser gitano no es patrimonio suyo la superstición, y, que todas las razas humanas conservan en los bajos instintos del espíritu estos sentimientos.

En el mundo taurino, y hablando de supersticiones son sobradamente conocidas las famosas espantas” del Gallo o Cagancho, superstición graciosa y gitana por las que se caracterizaron estos famosos toreros, (más de un revistero de la época dijo de ellos) ¡hasta para salir por pies tienen arte! También es cierto que tanto hoy como ayer, se le preguntaba a los toreros si son supersticiosos y estos contestaban con un – no, o,  un  sí, a medias, en cosas banales, sobre el color del traje, el pié al levantarse, o los tópicos del gato negro, la escalera, el día trece, etc., etc. Pero esta claro que la causa de la tragedia se deriva de las malas condiciones del toro, de la ruda presión del público y de la ciega temeridad del torero.

            “Mala pata, dijo Maoliyo el Espartero cuando la berlina cascabelera que le llevaba a la plaza en la tarde del 27 de Mayo 1894, se cruzo con un entierro”. Y mala pata, se le oyó murmurar cuando salió por toriles el toro "Perdigón" de tan funesta memoria. ¡Presentimiento! ¡Quien sabe!. Espartero decía no ser supersticioso veinte minutos antes.  Claro que- Aquella era otra Fiesta-.

           

            Fermín González Salamancartvaldia                        (blog taurinerias)

Tuesday, February 25, 2025

¡AQUELLOS ESPONTANEOS!

 


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¡AQUELLOS ESPONTANEOS!

 

Las escuelas taurinas, que tanto se han prodigado en los últimos años, vinieron a terminar con aquellas frecuentes intervenciones en las corridas de toros de los  “espontáneos” y por consiguiente de los  “maletillas”.

          ¡Eran otros tiempos! en los cuales en el animo de cuantos muchachos soñaron con ser toreros, donde vibraba tal espíritu de aventura, tan capaces de realizar grandes hazañas, que el riesgo, lejos de ser un freno, era un incentivo. ¡Aquellos espontáneos!, cuanto leyeron y cuanto soñaron, esta más en la línea de los lidiadores que se forjaron en capeas, enfrentándose con toros duros y poderosos, o saltando por las vallas de los cerrados, para dar lances a un toro bravo a la luz de la luna.

          Bien están, y bienvenidas sean las escuelas de hoy, como medio de proporcionar a tantos jóvenes ilusionados con riqueza y fama los conocimientos indispensables para que su presencia en los ruedos, no sea de angustia e indefensión. - Pero no puedo olvidar al "espontáneo”-, a su gesto audaz e indisciplinado, que se sentía con los arrestos necesarios para buscar el renombre dando un salto desde el tendido a la arena, mientras desplegaba atropelladamente la muletilla que llevaba escondida.

          Más de una vez se censuro esta aparición de los “espontáneos” en los ruedos y no por el gesto en sí, que, al fin y al cabo, todo lo que supone decisión y gallardía suscita admiración, sino porque aparte de ese primer acto de valor, lo demás era puro barullo e ineficacia, donde todos los subalternos intentaban sujetar al mozo y este los regateaba para ir en busca de la res y poder dar esos pases entre el griterío de la plaza, mezcla de emoción y tragedia, que no pocas veces ocurrió.

Creo recordar; que, el último espontáneo que pude ver, salto al ruedo hace muchos años en la plaza madrileña de las Ventas: Las gentes más novicias, aficionados eventuales y extranjeros, se preguntaban, ¡que era aquello...! Los más veteranos explicaban a sus vecinos de localidad, de que se trataba; y aquellos esbozaron una risita bobalicona cuando se enteraron. -Me trae este recuerdo-, pues hace tan solo unos días, salto en la Plaza Monumental de Mexico un espontaneo, al toro de regalo (cuestión que por aquellas tierras es muy cotidiano), “obequio” de Enrique Ponce, el joven, un aspirante colombiano aprovecho el delirio para saltar, tal y como antes hacia un espontáneo de antaño. No podemos ocultar, la simpatía difusa que el aguerrido torerillo despertaba.

          Un espontáneo, saltaba la barrera con un trapo rojo y un palo, yendo precipitadamente en busca del toro.-“¡Alarido de terror de las mujeres, en los tendidos, persecución del intruso por los subalternos de las cuadrillas, quiebros, sesgos del espontáneo y el toro que se arranca!.... – ¡El desconocido se para, aguanta heroicamente y le da un espeluznante pase con el andrajo que agita en su mano. El toro insiste buscando su presa, y se repite la suerte. El público, pasaba instantáneamente del terror a la emoción que le hace sentir el malabarista de la muerte, y al fin lo inevitable: aquel muchacho, prendido en las astas del toro, es campaneado y arrojado después violentamente al suelo!.... Susto, emoción y cogida. Plato fuerte para la afición, y, la tragedia que no pocas veces ocurrió, afortunadamente la mayoría  de las ocasiones, la cosa quedaba en una paliza, siendo conducido por los guardias, de la enfermería al calabozo. Cuando no era así, se disponía raudo a ponerse de rodillas ante la presidencia, para solicitar su perdón Estampa imborrable de otros tiempos, que no volverá a repetirse, entre otras cosas porque ya no hay espontáneos, tampoco necesidad, aunque siempre atraerá más la leyenda que la academia. Valor, insensatez, gloria, dinero, sangre. Quería ser torero y empezaba de espontáneo. Claro que, era otra Fiesta...

           

 

                    Fermín González. Salamancartvaldia.es    blog taurinerías

 

Monday, October 14, 2024

DE LA CRÌTICA CONSTRUCTIVA

 


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DE  LA CRÍTICA CONSTRUCTIVA

 Un amable lector, que parece seguir desde tiempo atrás mis comentarios, reseñas o críticas relativas a lo taurino; me indicaba hace unos días que, tanto servidor como algún otro colega, deberíamos aplicar una critica más “constructiva” a la Fiesta taurina.

 En rigor, habría que comenzar por decir qué se entiende por critica,- porque el vocablo para mucha gente esta restringido al aspecto negativo de la misma, cuando lo cierto es, que tan contundente y tan crítico puede ser el enjuiciamiento favorable, de cualquier otra actividad humana-. Ocurre que en esto de los toros, cualquiera se sube al carro de la “sabiduría” y se despacha con frases trilladas, tópicos y otras retóricas oportunistas. Para los “taurinos y otros de cuello duro”, los matices apenas se tienen en cuenta, y por lo general lo ven todo favorable, ponderado, justo y “constructivo”, palabra aterciopelada que gusta mucho de pronunciar. Y lo áspero, lo avinagrado, nefasto y destructivo, todo aquello que no se ajusta a su candoroso optimismo, o sea – nadar contracorriente-.

Para los bonancibles públicos, taurinos de medio pelo, y empalagosos noticiables, lo “constructivo”, es pasarse la vida cantándole coplas y glorias a los toreros, tirarles ramos de flores, hacerse fotos a su lado, y analizar sus faenas, disimulándolas cuando estas no fueron de triunfo, porque no se elevaron por encima, ni tan siquiera de lo normal. Por consiguiente, lo destructivo es cuando resulta imposible cantarle coplas a los toreros, porque: -(…) descubres sus triquiñuelas, retrasan los engaños, no se cruzan, descargan las suertes, ponen al toro de cualquier forma al caballo, rematan los pases hacia fuera, y cuando con faenas vulgares, rematadas con deleznables bajonazos se ven con las orejas en la mano etcétera (…) a eso se le dice critica “destructiva”, algunos también dicen: “hablar mal de la Fiesta” (…) Cuando no se puede aplaudir un toro al arrastre, por ser un “borrico”, carecen de casta, de vigor y fuerza para aguantar la lidia, porque hay quien  con inusitada cursilería dice.- “hay que cuidarlo, hay que mimarlo, hay que hacer de enfermero, cuando no cocean se duelen en banderillas, o agonizan al salir del montado.(…). Cuando no se pueden describir maravillas (…) Cuando se descubre el engaño, y se consigna en la crítica los acontecimientos de la tarde (…) Cuando la crítica es crítica en el más estricto, conocimiento y sentido de la palabra, para muchos, se la considera como destructiva (…). Es decir cuando no maquillas la corrida (…) Cuando no te sales por la puerta de atrás de la palabrería (…) Cuando no aplicas una viscosa papilla llenando hojas, y no bailas el agua a los unos y los otros diciéndoles las cosas que gustan de oír.

Entonces: eso  es lo nocivo para la Fiesta, lo destructivo, lo anti…! Qué pena¡ Realmente una crítica elaborada, con fidelidad, sin acritudes personales, libres e independientes difícilmente podrá ser destructiva. Negativa, puede ser, según el desarrollo, del espectáculo, pero dándole a las palabras, su argumento y su sentido del porque…. Creo amigo lector que, lo destructivo es otra cosa, y quizás este articulo, le pueda resultar eficazmente “constructivo”.- o no.- Pero de cualquier forma, le doy las gracias, por leerme, y también por estar en desacuerdo, con mí forma de expresar y de sentir, que tengo ante esta tauromaquia, de mis entretelas… gracias Señor…

 

Fermín González—Salamancartvaldia.es       blog taurinerias